El Reino Unido se convirtió ayer en una base de operaciones internacional con una reunión de alto nivel a las afueras de Londres. Jefes militares y estrategas de una treintena de países se congregaron para delinear los próximos pasos de la ‘coalición de los dispuestos’, un esfuerzo liderado por el primer ministro Keir Starmer para coordinar una fuerza internacional de mantenimiento de la paz en Ucrania, en caso de un acuerdo que acabe con la guerra. La cumbre marca un paso clave en la estrategia occidental para garantizar la estabilidad en la región en plena tensión con Rusia.

El encuentro se produjo tras intensas conversaciones diplomáticas, que incluyeron una reunión virtual la semana pasada con líderes de 29 naciones, entre ellas Ucrania, y representantes de la UE y la OTAN. «Estamos aquí porque no podemos esperar a que la historia nos pase por encima. Es nuestra responsabilidad actuar con determinación», declaró Starmer. Y, con la cita de ayer, el Reino Unido reforzó su posición como actor clave en la planificación ante un eventual acuerdo de paz. Según

Downing Street, el ‘premier’ declaró ante los asistentes que lo que hacían «es vital para la paz y la seguridad de Europa y nuestros aliados de la OTAN y, por supuesto, crucial para el Reino Unido».

Antes de la reunión, se conoció que Starmer había visitado una base naval y se convirtió en el primer jefe de Gobierno británico en más de una década en unirse a una tripulación de submarinistas en su regreso a tierra firme tras meses de patrulla, un gesto simbólico en este momento de incertidumbre. Durante su estancia, reafirmó la importancia de la disuasión nuclear británica, asegurando que «Trident ha demostrado ser increíblemente efectivo desde su introducción en los años 90». Starmer afirmó que «Rusia teme nuestro arsenal nuclear porque sabe que es un elemento disuasorio creíble». Además, insistió en que «Putin respeta nuestra capacidad nuclear, y eso refuerza el papel del Reino Unido como una de las principales naciones europeas en materia de defensa y seguridad».

«Es crucial reaccionar»

En la reunión con los jefes de defensa, Starmer dejó claro que el propósito del encuentro era transformar el respaldo político a Ucrania en planes concretos. «La agenda de hoy se centra en mantener los cielos seguros, los mares seguros y las fronteras seguras en Ucrania», declaró el ‘premier’. «Estamos trabajando a gran velocidad porque no sabemos si habrá un acuerdo de paz. Ciertamente espero que lo haya, pero, si se alcanza, es crucial que podamos reaccionar de inmediato», advirtió.

Sin embargo, la iniciativa se enfrenta a obstáculos. Moscú ha condicionado cualquier alto el fuego al cese del apoyo militar occidental a Ucrania, una exigencia que choca frontalmente con los intereses de la ‘coalición de los dispuestos’. Además, el Kremlin ha dejado claro que no aceptará la presencia de tropas extranjeras en suelo ucraniano como parte de un acuerdo de paz, lo que complica la materialización de una fuerza internacional con este propósito.

Starmer subrayó que un acuerdo de paz debe ir acompañado de medidas concretas, ya que, de lo contrario, Vladímir Putin lo romperá. «Sabemos que ha incumplido acuerdos en el pasado y, sin un respaldo sólido, volverá a hacerlo», advirtió. «Putin solo entiende la fuerza y la determinación, por lo que cualquier negociación debe venir respaldada con compromisos firmes y acciones tangibles». Además, puntualizó que es «plenamente consciente de que el acuerdo puede ser por etapas, y por lo tanto hay diferentes opciones, diferentes cosas que deben planificarse, pero, cuanto más planifiquemos aquí ahora a través de ustedes, mejor. Porque estamos adelantándonos al desafío para asegurarnos de que somos lo más efectivos posible». Hasta el momento, el primer ministro británico no ha confirmado qué países han hecho compromisos concretos para la fuerza de paz en Ucrania.