“SUBMARINO S-81”

 

El fabricante Navantia ha hecho público un vídeo en el que se va al Isaac Peral en sus pruebas de mar

Si no vuelve a haber retrasos, será el próximo mes de noviembre cuando la Armada reciba la joya de la corona, el S-81 Isaac Peral, el primer submarino de la clase S-80 llamado a convertirse en uno de los mejores sumergibles no nucleares del mundo. Así lo aseguró el nuevo comandante de la Flotilla de Submarinos, el capitán de navío Pedro Márquez de la Calleja, que recibió el mando del Arma Submarina de la Armada el pasado junio. “Iremos viendo cómo se desarrollan las pruebas y cómo van avanzado. Pero somos optimistas”, señaló el nuevo jefe de la Flotilla de Submarinos, de la Base de Submarinos y director de la Escuela de Submarinos (Comsubmar).

Ahora, cuando queda en torno a un mes para que esa entrega se produzca, Navantia ha hecho público en su cuenta de Twitter un nuevo vídeo con imágenes del S-81 en sus pruebas de mar, necesarias para la puesta a punto del sumergible y que se une a las que ha venido realizando en los últimos meses. Así, a mediados del pasado mes de junio se posaba por primera vez en el fondo marino y probaba la esclusa de buceadores mientras que a principios de ese mismo mes realizaba la segunda inmersión estática, primera completa, en las aguas de la bahía de Cartagena.

El submarino ya efectuó su primera inmersión de prueba el pasado 30 de marzo, si bien, en aquella ocasión, no fue completa. En la superficie, el buque de salvamento y rescate Neptuno de la Armada siguió muy de cerca la operación junto con el remolcador de Salvamento Marítimo Clara Campoamor.

En julio se autorizó el pase a la siguiente fase, en la que el sumergible debía realizar realizará todas sus navegaciones en inmersión, incluida a cota máxima, antes de su entrega prevista para finales de noviembre.

Mientras tanto, la Base de Submarinos de Cartagena sigue inmersa en un proceso de remodelación para acoger a los S-80 que incluye desde la demolición de edificios y la construcción de nuevas infraestructuras, al dragado y modificación de las fosas de atraque de los submarinos o la construcción de un nuevo muelle.

El S-80 supone un salto tecnológico para el arma submarina española, con un sistema integrado de control de plataforma, un sistema de combate y un sistema de armas con capacidad de lanzar misiles tácticos, una capacidad única entre los submarinos no nucleares de la OTAN.

Pero, mas allá del plano puramente tecnológico, los submarinos se consideran sistemas de armas de características estratégicas por la capacidad que otorgan para mantener una presencia discreta en zonas de operaciones alejadas, incluso con anterioridad a que estalle una crisis, con el objetivo de adquirir inteligencia, proteger, llegado el caso, el despliegue de una fuerza terrestre y de proyectar el poder naval sobre tierra.

Las claves de la clase S-80

El submarino S-80 tiene un desplazamiento en inmersión de casi 3.000 toneladas(2.965 t), una eslora de 81 metros y un diámetro de casco resistente de 7,3 metros. Su velocidad en la superficie será de 10 nudos y en inmersión de 19 nudos. En su interior alberga 180 sistemas y 60 km de cables.

El sumergible está dotado con un sistema de propulsión principal basado en un motor eléctrico (MEP) de 3.500 kw y un motor diésel compuesto por tres grupos generadores de 1.200 kw que producen la energía que alimenta al MEP. Por su parte, el Sistema de Propulsión Independiente del Aire (AIP) permite al buque, de acuerdo con Navantia, permanecer hasta tres semanas bajo el agua. Mientras este sistema está activo, el submarino no tiene la necesidad de ascender a cota snorkel para recargar las baterías.

En las consolas de la sala de mando y control se maneja desde la propulsión del buque, hasta el aire acondicionado, pasando por los equipos y armamento que forman parte del sistema de combate o las comunicaciones.

La dotación del submarino está compuesta por 32 marinos, aunque tiene capacidad para acoger otros ocho efectivos más para, por ejemplo, operaciones especiales. La alta automatización de los equipos y sistemas ha reducido prácticamente a la mitad la dotación con respecto a los submarinos de la serie S-70, pese a ser un submarino de un desplazamiento y complejidad muy superior.

Por su parte, el sistema de armas incluye seis tubos lanzatorpedos y capacidad para embarcar 18 armas (misiles, torpedos y minas). El sonar cilíndrico ubicado en la proa es el principal sensor acústico pasivo para operaciones en inmersión.

Además del S-81, Isaac Peral, que se entregará este año a la Armada, el siguiera en entrar en servicio será el S-82, que recibirá el nombre de Narciso Monturiol, y tiene prevista su entrega en diciembre de 2024 a la Armada, es decir, justo dentro de dos años. El S-83, que recibirá el nombre de Cosme García, tiene su entrega prevista a la Armada para octubre de 2026 y 16 meses más tarde, en febrero de 2028, el S-84, bautizado como Mateo García de los Reyes.

Estos dos submarinos serían los primeros de la serie en incorporar ya de serie el Sistema de Propulsión Anaerobia (AIP, en sus siglas en inglés), lo que les permitirá generar su propia energía eléctrica y, así, navegar durante semanas sin salir a la superficie, proporcionando unas capacidades tácticas y de discreción no existentes a fecha actual. A diferencia de los submarinos convencionales, que necesitan subir prácticamente a la superficie para realizar operaciones de «snorkel» frecuentes para recargar sus baterías, los S-80 podrán hacerlo en inmersión, siendo así menos vulnerables y detectables.

El S-81 y el S-82 serán entregado a la Armada sin este sistema, que les será instalado en su primera gran carena, en la que serán reacondicionados.