El origen del Condado de Barcelona se remonta a la Edad Media con la Marca Hispánica
«Países catalanes» es un término que utilizan los independentistas para agrupar aquellos territorios en los que se habla el idioma catalán u otras lenguas similares, es decir, Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana.
El término tiene sus orígenes a finales del siglo XIX. Aparece en la obra del valenciano Bienvenido Oliver, titulada Historia del Derecho en Cataluña, Mallorca y Valencia, para agrupar a todas aquellas regiones de habla catalana y variantes. A pesar de ser este el primer registro del término, en realidad fue popularizado mucho después por el valenciano Joan Fuster, que lo empleó en sus ensayos políticos publicados en la década de 1960. Fuster definía el término como una agrupación lingüística y pancatalanista. Para él, la lengua era la base de su propuesta de proyecto nacional.
Así, fue el inicio del uso del término asociado a la política. Lo que era una denominación de carácter lingüístico, pasó a convertirse en el término indicado para hablar de la independencia catalana. Asimismo, a finales del siglo XIX, también empezaron a surgir muchas corrientes nacionalistas. En este marco, las teorías lingüísticas comenzaron a aglutinar bajo este término a toda la región de habla catalana, asociando así la lengua y la nación.
La Corona de Aragón y los Países Catalanes
Los «países catalanes», como sujeto político, en realidad nunca existieron, y el origen histórico de los territorios catalanohablantes se encuentra en la Corona de Aragón. Es decir, lo que hoy corresponde a lo que es la comunidad autónoma de Cataluña, estuvo unida al Reino de Aragón desde el siglo XII. Solo durante un breve periodo fue un ente propio dependiente de otros reinos.
Para entender los inicios de esta región nos remontamos a la baja Edad Media. En este momento de la historia, la Hispania Visigoda está en colapso y justo llega la invasión musulmana a la península. Debido a esto, el Imperio Carolingio decidió establecer una zona colchón, a la que ahora se conoce como Marca Hispánica. Esto supuso que los francos ocuparan durante los últimos años del siglo VIII las actuales comarcas de Gerona y Barcelona. Así, lo que había sido un territorio visigodo se empezó a organizar en condados que ahora dependían del rey franco.
Alrededor del siglo X, el Imperio Carolingio se iba debilitando poco a poco y los condados catalanes empezaron a desvincularse de los francos. Así fue como en el año 987 el conde de Borrell II fue el primero que no prestó juramento al monarca perteneciente a la dinastía de los Capetos. Sin embargo, sí se sometió a vasallaje al Califato de Córdoba.
Por otro lado, estaba Wifredo «el Velloso», que fue el último conde de Barcelona designado por los francos, y fue el primero en legar sus estados a sus hijos. Haciendo esto, los condados se empezaron a transmitir por herencia, sin la transmisión intermediaria de los reyes francos.
Existe una idea de que Wifredo fue el artífice de la independencia de los condados y del nacimiento de Cataluña. También se cree que fue este el creador de la bandera catalana. Sin embargo, por un lado, la idea de que Wifredo originó el nacimiento de Cataluña no se popularizó sino hasta la Renaixença, en manos del dramaturgo Serafí Pitarra. Por otro lado, la señera no fue usada por los condados sino hasta su anexión al Reino de Aragón.
Llegada de los Trastámara
En el siglo XII, Ramon de Bernguer IV, conde de Barcelona, contrajo matrimonio con Petronila de Aragón. El matrimonio seguía los preceptos del derecho aragonés, es decir, un matrimonio donde el marido se integraba en la casa principal como un miembro con derecho pleno. Por ello, esta unión supuso la anexión dinástica del condado de Barcelona al Reino de Aragón, que posteriormente fue conocido como Corona de Aragón.
Esta unión fue así un pacto de unión dinástica entre la Casa de Aragón y el Condado de Barcelona. En principio, estos dos territorios mantuvieron separadas sus leyes, instituciones y costumbres y a medida que pasaba el tiempo se fueron incorporando más territorios, entre ellos Islas Baleares y Valencia. Esta última posteriormente se convertiría en un reino propio con cortes y fueros propios.
Unos siglos más tarde, en concreto en el año 1410, muere Martín I «el humano» sin descendencia. Esto ocasionó una grave crisis sucesoria en la Corona de Aragón y se abrió un interregno de dos años en el que seis personas se disputaron el trono. La disputa se acabó en 1412, cuando después del Compromiso de Caspe se eligió como nuevo rey a Fernando I, perteneciente a la dinastía castellana de los Trastámara.
Años después, en 1469, su nieto Fernando II de Aragón (el Católico) contraería matrimonio con Isabel de Trastámara, Reina de Castilla, y se produjo una unión de la Corona de Aragón y la de Castilla.
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