PATRULLA ACROBATICA DE PARACAIDISMO DEL EJERCITO DEL AIRE EL ESPACIO. ( PAPEA)- «LO UNICO IMPOSIBLE ES AQUELLO QUE NO INTENTAS»

1978.2024. Components PAPEA

NUESTRA HISTORIA

 

La fecha de nuestra creación se remonta a 1978 en la Escuela Militar de Paracaidismo Méndez Parada ubicada en la base aérea de Alcantarilla, Murcia.
Anteriormente, el 12 de enero de 1952, en Alcantarilla el teniente Abajo realiza el primer lanzamiento en paracaídas en apertura retardada (apertura manual) desde 1000 metros de altura, iniciándose con esta actuación en España la modalidad de salto con paracaídas en caída libre.
Como depositaria de todas las enseñanzas aprendidas y ante la necesidad de situar a España dentro del alto nivel de los países de nuestro entorno, en el año 1978 se crea una unidad independiente que reúne al personal experto de las dos unidades paracaidistas ubicadas entonces y ahora en la base aérea de Alcantarilla:
La Escuela Militar de Paracaidismo Méndez Parada (EMPMP).
Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC).
Desde su inicio y hasta la fecha actual, la PAPEA no ha parado de cosechar éxitos. Su palmarés no puede ser más elocuente. Esta carrera de éxitos ha continuado a lo largo de los años en las distintas pruebas en las que ha participado, exigiendo cada vez más un nivel más elevado con el fin de estar a la altura de los mejores equipos del mundo.
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En la historia de competiciones de paracaidismo la PAPEA ha dejado una estela de gloria y triunfos que resplandecen en nuestro palmarés. Nuestra trayectoria se ha forjado en competiciones mundiales e internacionales por todo el mundo, donde la destreza individual y el espíritu de equipo han sido nuestra bandera.
Cada salto, cada formación es un himno al coraje y al deseo de superación que nos define. Nos enorgullece compartir nuestro legado, un testimonio del firme compromiso de la excelencia del paracaidismo con España, reflejados en récords y campeonatos que hablan de nuestra pasión por volar más allá de los límites.
Los saltadores de la PAPEA son un equipo de élite compuesto por hombres y mujeres que han demostrado una extraordinaria capacidad física y mental. Estos valientes paracaidistas son expertos en acrobacias aéreas, realizando maniobras complejas con una precisión milimétrica.
Para formar parte de la PAPEA, los candidatos deben superar un riguroso proceso de selección y un intenso entrenamiento. Este entrenamiento incluye:
Preparación física: los saltadores deben tener una excelente condición física para poder soportar las fuerzas G que se generan durante las acrobacias.
Entrenamiento técnicos: los saltadores deben dominar las técnicas de paracaidismo y ser capaces de realizar saltos con diferentes tipos de paracaídas.
Entrenamiento acrobático: los saltadores deben aprender a realizar figuras complejas en el aire, trabajando en equipo y con una gran coordinación.
El éxito final de la PAPEA depende del trabajo en equipo. Los saltadores deben confiar plenamente en sus compañeros para poder realizar las acrobacias de forma segura y precisa. Cada miembro del equipo tiene un papel fundamental, desde el piloto que los transporta hasta el saltador que realiza la apertura manual del paracaídas
Las exhibiciones de la PAPEA son un espectáculo único que deja al público sin aliento. Los saltadores realizan acrobacias impresionantes a gran velocidad, creando figuras en el cielo que parecen desafiar la gravedad.
La PAPEA es un símbolo de excelencia y profesionalidad del Ejército del Aire y del Espacio. Estos valientes saltadores representan a España con orgullo en exhibiciones aéreas por todo el mundo, demostrando Su pericia y el talento
Excelencia: son expertos en su campo y realizan su trabajo con una precisión milimétrica.
Valentía: se enfrentan a riesgos y desafíos constantemente, poniendo su vida en juego en cada salto.
Profesionalidad: aunan disciplina y compromiso con su trabajo.
Trabajo en equipo: confían plenamente en sus compañeros para poder realizar las acrobacias de forma segura y precisa.
Orgullo: representan a España con orgullo en exhibiciones aéreas por todo el mundo.
Paracaídas
Dentro de los lanzamientos en los que es necesaria una exacta precisión en el aterrizaje (competiciones de precisión y exhibiciones), se utilizan paracaídas con atalajes modelo CPX de Rigging Innovations, que presentan gran ergonomía, adaptabilidad y comodidad.
Las campanas son del modelo Parafoil Gold, o más comúnmente conocidas por Foil, de North American Aerodynamics.
Existen diferentes superficies de campana que configuran dependiendo del peso de cada paracaidista, las máximas prestaciones e incluso similares características de descenso.
Actualmente utilizamos Foil desde 254 hasta 294 pies cuadrados de superficie respectivamente.
La principal característica en un paracaídas utilizado en un salto de precisión es la capacidad de descenso prácticamente en vertical, sin necesidad de tener ningún tipo de avance para su sustentación, lo cual los hace idóneos para su empleo.
La prueba de precisión consiste en que un competidor, ya sea individualmente o en equipo (compuesto por 5 saltadores), realice un lanzamiento desde una altura de 1.100 metros con el objetivo de aterrizar lo más cerca posible del centro de un disco electrónico de 16 centímetros de diámetro. Este disco cuenta con una superficie central de 2 centímetros de diámetro que marca el deseado ‘cero’.
La experiencia y actitud necesarias para esta prueba se adquieren cumpliendo un mínimo de lanzamientos, que en promedio oscilan alrededor de los 300 lanzamientos anuales para cada paracaidista. Además, se requiere una alta concentración no solo durante los tráficos previos al aterrizaje sino también durante el ataque, que es la aproximación al punto de impacto.
Para llevar a cabo esta actividad, es imprescindible un entrenamiento diario que incluya prácticas en tierra, conocido como entrenamiento en seco, que permite una automatización de los movimientos finales donde se apunta al ‘blanco’ con el pie.
Durante cada salto, el competidor se enfrenta a diversos factores que pueden dificultar su desempeño, como la tensión, el estrés e incluso el temor al fracaso. Sin embargo, un buen entrenamiento y el interés personal facilitarán el control de estos elementos.
Cada salto de entrenamiento de precisión equivale a unas ocho horas de trabajo, lo que implica que al finalizar la jornada, el competidor experimenta no solo cansancio físico sino también mental.
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Para llevar a cabo esta prueba, se requiere de un sistema de precisión compuesto por una colchoneta circular, una ‘manta’, un disco electrónico y un marcador digital, que mostrará la puntuación de cada saltador.
La puntuación se determina con el primer contacto del cuerpo sobre el disco electrónico donde el contacto en el centro de la diana representa la mejor puntuación cero, y se penaliza centímetro a centímetro a medida que nos alejamos de este punto, hasta alcanzar una puntuación máxima de 16 centímetros.
Si el primer contacto se realiza sobre la manta, se suma un centímetro adicional, lo que lleva la puntuación máxima a 17 centímetros. Si el contacto es sobre la colchoneta, se suma otro centímetro, alcanzando los 18 centímetros. Por último, si el saltador no logra realizar su primer contacto sobre este sistema de precisión y aterriza en las proximidades de la zona de salto, se le asignan 19 centímetros sea cual sea su posición.
En la competición por equipos, se realizan un total de 10 lanzamientos, y el resultado de cada salto se obtiene sumando las puntuaciones de cada saltador. El equipo ganador será aquel que, sumando el total de estos lanzamientos, obtenga la menor cantidad de centímetros.
En cuanto a la clasificación individual, se tienen en cuenta los 8 primeros lanzamientos, y el campeón será aquel que obtenga la menor puntuación total en la suma de estos ocho lanzamientos.
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La experiencia acumulada en esta disciplina garantiza el éxito en entornos de difícil acceso, como plazas de toros, campos de fútbol o áreas rodeadas de numerosos edificios, donde se requiere nuestra intervención.
Sin duda, uno de los momentos más destacados es el salto que se realiza con la enseña nacional los Días de la Fiesta Nacional, celebrados cada 12 de octubre en Madrid, frente a Su Majestad el Rey. Este evento representa un honor y un desafío único para los saltadores, ya que deben demostrar no solo habilidades técnicas, sino también un profundo sentido de patriotismo y responsabilidad.
Los saltadores que participan en esta ceremonia emblemática deben enfrentarse a condiciones y desafíos especiales, como la necesidad de aterrizar con precisión en un espacio reducido y altamente vigilado.
La preparación meticulosa y la experiencia previa son fundamentales para asegurar un desempeño impecable en un escenario tan importante y simbólico como este. Además, el reconocimiento por parte de las autoridades y del público agrega un componente de presión adicional, que solo puede ser manejado por aquellos con una trayectoria sólida y una confianza inquebrantable en sus habilidades.
Este tipo de eventos no solo son una muestra de destreza técnica, sino también de compromiso y orgullo nacional. Los saltadores que tienen el privilegio de participar en ellos representan lo mejor de su disciplina y son un ejemplo de dedicación y profesionalismo para la sociedad en su conjunto.
Su capacidad para superar desafíos y cumplir con éxito misiones de gran relevancia simbólica demuestra el valor y la importancia de su entrenamiento continuo y su experiencia acumulada en este campo tan exigente y especializado.
: Ejército del Aire y del Espacio