España cierra el año con más de 3.300 militares en el exterior

España tiene desplegada una batería de misiles Nasams en la base aérea de Lielvarde (Letonia)

El 60% participa en misiones de disuasión de la OTAN frente a Rusia en el Flanco Este

Líbano, Letonia, Rumanía, Colombia, Somalia, Irak… Son algunos de los lugares del mundo en los que están desplegados los militares españoles que, bajo bandera de distintos organismos internacionales, participan en operaciones en el exterior. En los últimos años, la presencia de las Fuerzas Armadas en misiones internacionales se ha ido incrementando y en la actualidad son más de 3.300 los efectivos que forman parte de una veintena de ellas, principalmente en el Flanco Este.

Unas cifras que vuelven a confirmar el compromiso de España con la seguridad internacional, sobre todo tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, pues el 60 por ciento de los militares en el exterior (unos 2.000) se encuentra en misiones de defensa y disuasión para hacer frente a la amenaza rusa. A lo largo del año, más de 15.000 uniformados se han desplegado en algún teatro de operaciones internacional, algo que continuará siendo la tónica en 2025, ya que el Gobierno mantiene su compromiso con todas ellas, tanto en aquellas en las que la participación es permanente como en las temporales. Eso sí, lo que se ha ido reduciendo es la presencia de las Fuerzas Armadas españolas en África, un continente cuya estabilidad es clave para nuestro país y en el que el Ministerio de Defensa quiere volver a recuperar protagonismo.

En la actualidad, el contingente más numeroso se encuentra en Eslovaquia, donde España lidera por primera vez uno de los ocho batallones terrestres de la OTAN en el Este. Allí hay 839 militares españoles con dos misiones diferentes, pero relacionadas entre sí. Por un lado, 806 lideran desde la ciudad de Lest ese grupo de combate concebido como fuerza de disuasión frente a Rusia y en el que también hay efectivos de Eslovaquia, Eslovenia, Portugal, República Checa y Rumanía. Mientras, otros 33 desplegados en Kuchyna se constituyen como una avanzadilla del Cuartel General de Despliegue Rápido de la OTAN de Bétera (Valencia) para, en caso de agresión de Rusia, desplegar rápidamente y liderar hasta a 60.000 efectivos aliados.

Pero España también forma parte de otras fuerzas en el Este como parte de ese compromiso con la seguridad aliada. Así, otro de los contingentes más numeroso en esta zona es el de Letonia, donde 541 uniformados (con carros de combate y artillería pesada) ejercen como fuerza de disuasión en el batallón multinacional liderado por Canadá. En este mismo país, las Fuerzas Armadas mantienen desplegada una batería de misiles Nasams controlada por 87 uniformados.

Mientras, en Rumanía también es destacada la presencia de militares españoles en diferentes áreas. Por un lado, 206 infantes de Marina acaban de arrancar su integración en el batallón multinacional liderado por Francia desde la ciudad de Cincu. No muy lejos, 150 aviadores y seis cazas Eurofighter protegen el espacio aéreo aliado ante la presencia de aeronaves rusas sin identificar. Junto a ellos, 37 efectivos vigilan los cielos con su radar de alerta temprana.

En estas misiones de seguridad aliada se incluye otra batería de misiles controlada por 138 efectivos y desplegada en Turquía. Su misión inicial (en 2015) era la de proteger al país de ataques desde Siria, pero con el paso del tiempo ha variado y tanto la OTAN como España la incluyen ya en sus operaciones de defensa integrada aérea.

Más allá de estas misiones, otro de los grandes contingentes espa

ñoles se encuentra en Líbano, país en el que España lidera la misión de la ONU. Allí hay cerca de 670 militares, los cuales se encuentran en un avispero marcado por la incertidumbre. España también está al frente del Sector Este de esta operación, cerca de la frontera con Israel, en medio de un fuego cruzado entre Hizbulá y las tropas israelíes que, si bien se ha reducido por el alto el fuego declarado, no ha cesado.

Otra tensa misión es la de Irak, que realmente son dos, aunque con cometidos similares. En el país hay 275 uniformados españoles que forman parte de la Coalición

Internacional contra el Daesh y de la misión de la OTAN (NMI). Su función es la de adiestrar a sus Fuerzas Armadas y equipos de seguridad y asesorar a los altos mandos militares, al Ministerio de Defensa y a la Oficina de Seguridad.

Mientras, en África también hay presencia española, aunque cada vez menos, sobre todo tras el fin de la misión en Mali. Actualmente, el mayor despliegue se encuentra en el Cuerno de África, en el Índico, en la misión «Atalanta» contra la piratería que dirige España. Nuestro país contribuye con la fragata «Santa María» (185 efectivos) y un avión de vigilancia con base

Hay efectivos y medios desplegados en tres de los ocho batallones terrestres de la OTAN en el Este

En Líbano, donde hay 670 militares, España lidera la misión y el Sector Este, uno de los más volátiles

en Yibuti, con 50 uniformados. En la actualidad, vigilan un pesquero chino secuestrado por piratas cerca de la costa de Somalia.

En este país hay otros 19 militares españoles que, bajo bandera de la UE, adiestran a sus Fuerzas Armadas, algo que también hacen otros siete españoles en República Centroafricana, igualmente en misión europea. En este marco de las operaciones de entrenamiento, dos observadores españoles están desplegados en Mozambique para aportar la experiencia de nuestro país en este tipo de tareas. Y en el otro extremo del continente, en Senegal, el

Ejército del Aire mantiene un avión de transporte y 79 militares. Son el destacamento «Marfil», con el que España apoyaba a las misiones españolas en la zona y a las de otros socios como Francia. Sin embargo, la reducción de la presencia militar europea en el Sahel ha hecho que sus despliegues sean temporales y según las necesidades de los pocos actores que quedan sobre el terreno.

Por último, nuestro país tiene desplegados otros siete efectivos como observadores en la misión de verificación de Naciones Unidas en Colombia, y uno en la de la UE de Bosnia.

Fuente:

https://lectura.kioskoymas.com/la-razon/20241230