La presión de Interior hace de este puesto en la Guardia Civil un destino incómodo
El puesto para dirigir la Unidad Central Operativa (UCO) se ha convertido en una especie de manzana envenenada para los potenciales candidatos a sustituir a Rafael Yuste, recién ascendido a general de brigada tras dos años comandando las investigaciones que afectan al núcleo íntimo de Pedro Sánchez. El puesto que hasta hace no mucho era sinónimo de promoción y que cualquier coronel quería ocupar equivale, en este momento, a problemas. El motivo de estas reticencias hay que buscarlo en la salida exprés que el Ministerio del Interior ha diseñado para Yuste con la intención de apartarlo de las diligencias que el ahora general de brigada ha estado protegiendo de la influencia del Gobierno.
El Ejecutivo ha intentado anticiparse al sentido de los delicados informes que preparaba la UCO e incluso al avance de las pesquisas. Siempre se encontró con el blindaje del entonces coronel y también con el del jefe de la Unidad de Delincuencia Económica, Antonio Balas. El teniente coronel es de la misma escuela que Yuste. Ahora, con la Jefatura libre hay «muchas reticencias» para ocuparla, explican manos de la Guardia Civil. Ningún coronel quiere tener que enfrentar situaciones incómodas como las que ha tenido que enfrentar Rafael Yuste en estos dos años. El intento del Ejecutivo de saber sobre la investigación a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno; la de su hermano, en el ya bautizado como hermanísimo, y las diligencias que afectaban a José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García friccionó las relaciones con la unidad de élite del Instituto Armado.
Con estos precedentes, lo que antes era un cargo apetitoso ha pasado a ser un destino incómodo. «Conforme están las cosas, muy pocos quieren estar en las quinielas de Interior para ser propuestos y elegidos», precisan las mismas fuentes. La situación más incómoda de cuantas se han vivido en la UCO con Yuste al frente, relatan, fue la que tuvo como protagonista al Director Adjunto Operativo (DAO) de la Guardia Civil, Manuel Llamas, máximo uniformado del Cuerpo y hombre de la máxima confianza del ministro Fernando Grande-Marlaska. Fuentes conocedoras de las tensiones que se vivieron ante el intento de Llamas de anticiparse al contenido de los informes que estaban en marcha, revelan que el jefe de la UCO siempre daba la misma respuesta: «Pregúntele al juez». Incluso se le llegó a recordar que los agentes que trabajan en la unidad deben velar por el secreto de las actuaciones en los casos de corrupción. La UCO de la Guardia Civil es un grupo de policía judicial con una dependencia orgánica y operativa. Es decir, fundamentalmente se debe a los jueces que la designa como su fuerza actuante. En las altas instancias del Instituto Armado nadie duda de que la persona que sustituya a Rafael Yuste tendrá que hacer frente la tendencia del Gobierno a seguir el desarrollo y las novedades de las investigaciones.
«Seguramente se buscará a alguien manejable otra cosa es que una vez en el cargo se comporte como se espera». Interior aceleró el ascenso de Yuste en «tiempo récord» para decapitar la unidad y sacar de las diligencias más comprometidas para el Ejecutivo al ya general de brigada. El mando completó el curso el pasado julio como número uno de su promoción al obtener la máxima nota. No obstante, por criterios ordinarios de antigüedad y edad, su ascenso no debería producirse hasta julio de 2026, dado que la subida en la escala depende de otros factores como, por ejemplo, el ascenso coroneles de promociones anteriores. Sin embargo, desde Interior se «aceleran» los tiempos para utilizar la promoción como un «pretexto institucional» y así reubicarlo en otro destino, fuera del mando operativo de las investigaciones más sensibles para Sánchez.
