En el marco del Programa de Actualization de Asociados, AEME PAA 1S 25, se publica este trabajo de nuestro asociado Antonio Esteban Lopez, General de División del ET, r
Q-SLAM-40: DRON MARCA ESPAÑA
«La munición merodeadora es artillería volante. Es la fuerza aérea de los mandos de las tropas terrestres. En el futuro será el método más directo para destruir al enemigo y controlar el campo de balla. El desarrollo de la munición merodeadora constituye un formidable multiplicador de fuerza y será un elemento esencial para la victoria»
Shankar Prasad, Teniente General (Ret) Ejército de la India
Sírvanos esta cita para contextualizar un artículo en cuyo desarrollo seguiremos el siguiente esquema: primeramente enunciaremos algunas nociones introductorias sobre las municiones merodeadoras; en segundo lugar expondremos algunos datos y consideraciones sobre el empleo de estos artefactos en el conflicto ruso-ucraniano; seguidamente abordaremos el elemento nuclear del documento para describir y analizar un singular desarrollo de la industria española de defensa: el Q-SLAM-40; finalizaremos con las siempre oportunas y necesarias conclusiones.
MUNICIONES MERODEADORAS
La munición merodeadora (en inglés loitering munition) puede considerarse un tipo de UAV (Unmanned Aerial Vehicle [vehículo aéreo no tripulado]). Efectivamente, las municiones merodeadoras son “aeronaves” dirigidas a distancia, equipadas con sensores de variadas funcionalidades y armadas con cargas explosivas de diversa configuración y potencia. Estos ingenios podrían conceptualizarse como sistemas híbridos, mezcla entre los denominados RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems [sistemas aéreos remotamente pilotados]) y las municiones inteligentes (proyectiles que mediante los correspondientes dispositivos de guiado pueden variar su trayectoria para conseguir el impacto en un determinado objetivo). En términos más coloquiales podríamos decir que se trata de auténticas “bombas volantes” que, mediante sistemas electro-ópticos (radio y televisión), pueden ser pilotadas en modo remoto con la finalidad última de estrellarse contra un objetivo.
La mayoría de estos artefactos operan en modo FPV (First Person View [visión en primera persona]). El operador recibe imágenes en tiempo real y, aunque se trate de una percepción virtual, tiene la sensación de controlar el aparato como si realmente estuviese a bordo del mismo; sin embargo, su ubicación en tierra – a cubierto y a cierta distancia de la primera línea de combate – le proporciona seguridad y protección. En estas circunstancias, el operador puede realizar un pilotaje más eficiente y agresivo. Desde su privilegiada posición puede sobrevolar el campo de batalla para – con la tranquilidad que proporciona la distancia – localizar e identificar objetivos, aproximarse a ellos sin correr riesgos personales y finalmente estrellar el aparato. Precisamente por este particular modo de operación las municiones merodeadoras son también conocidas como “drones kamikaze” o “drones suicida”, términos que han alcanzado una gran popularidad y general aceptación (motivo por el cual de aquí en adelante los usaremos indistintamente).
EL CONFLICTO RUSO-UCRANIANO
Con la finalidad no desviar nuestro foco de atención, nos abstendremos de exponer y analizar los antecedentes, causas y evolución de la guerra que desde hace algo más de tres años enfrenta a las fuerzas rusas y ucranianas, limitándonos a enunciar algunos aspectos relevantes directamente relacionados con el empleo de las municiones merodeadoras. Aunque el actual conflicto ruso-ucraniano tuvo su inicio allá por el año 2014 en la región de Dombás, la guerra abierta comenzó el veinticuatro de febrero del año 2022, fecha en que las tropas de Moscú invadieron territorio ucraniano. Desde ese mismo instante pudo constatarse como los drones estaban llamados a convertirse en elemento omnipresente y determinante. Apenas había transcurrido un año cuando, en abril del año 2023, aparecía un artículo de elocuente título: “King Dron: el rey de la batalla en Ucrania” del cual hemos tomado prestado el siguiente párrafo: «En la guerra ruso-ucraniana los drones están desempeñando un papel determinante y hay quien afirma que se están convirtiendo en los reyes de la batalla. Los distintos modelos ocupan todo el espectro de las operaciones y se emplean tanto a nivel operacional como táctico».
Cuando las fuerzas rusas comenzaron la eufemísticamente llamada “Operación Militar Especial” e irrumpieron masivamente en Ucrania, se encontraron una impensable y desagradable sorpresa: el cielo se desplomaba sobre sus cabezas en forma de pequeños e insidiosos artefactos. De repente comenzaron a circular cientos de imágenes que mostraban columnas enteras de vehículos y medios acorazados detenidos: un sinfín de carros de combate y blindados tipo BTR y BMP seriamente dañados o totalmente destruidos. El dron kamikaze comenzaba su reinado. Aunque, con carácter general, su carga explosiva resultaba insuficiente para penetrar las corazas, “King Dron” contaba con una excepcional ventaja: el operador-piloto podía controlar la aeronave hasta el momento del impacto, estrellándola en los puntos más vulnerables. Así, la maniobra kamikaze solía dirigirse hacia los trenes de rodaje, las escotillas y, sobre todo, la cámara motor de los vehículos. La explosión, como mínimo, solía provocar daños suficientes para detener el vehículo (quedando inmovilizado y por ende neutralizado y expuesto). Pero además, en muchos casos, sobre todo cuando se impactaba en las inmediaciones de la cámara motor (donde suele haber restos de grasas y combustibles) la propia explosión desencadenaba pequeños incendios que si se propagaban – como solía suceder – acababan calcinando el vehículo o haciéndolo estallar.
El caso es que las tropas ucranianas no solo consiguieron parar el avance ruso sino que, unos meses después, en el verano del 2022, pasaron a la contraofensiva recuperando territorios en seis óblasts [provincias]: Kiev, Chernigov, Sumy, Jarkov, Zaporiyia y Jersón. Si bien es cierto que el primer asalto hay que anotárselo a Kiev, también lo es que Moscú no tardó en devolver el golpe. Así, a finales de la primavera del año 2023, las fuerzas ucranianas emprendieron una ofensiva que no acabo nada bien. La principal causa del fiasco fue que la operación había sido anunciada a los cuatro vientos con excesivo triunfalismo y aún mayor imprudencia. «Con tan explícita y valiosa información, los rusos (que andaban escarmentados por la experiencia del año anterior cuando tuvieron que efectuar un apresurado y gravoso repliegue), tomaron nota del aviso y se dedicaron a planificar y preparar la defensa. Así, se construyeron unas sólidas líneas con abundantes fortificaciones, campos de minas y obstáculos contra carro. Además se adoptó un despliegue en profundidad con gran número y variedad de armas específicamente concebidas para neutralizar medios acorazados; las ya citadas minas se plantaron a miles a vanguardia de las posiciones, las unidades de primera línea fueron provistas de gran cantidad de granadas y misiles contra-carro, más atrás la artillería con proyectiles guiados (los famosos Krasnopol) y los carros de combate, y desde el aire una inmensa flotilla de drones (entre los que destacan el Lancet y los artesanales pero letales FPV) complementada con escuadrillas de helicópteros de ataque (particularmente efectivo se mostró el KA-52 Alligator)». La ofensiva comenzó el ocho de junio y pronto pudo constatarse que estaba condenada al fracaso , ahora eran los blindados ucranianos los que, calcinados y destruidos, aparecían en las imágenes que circulaban por las indiscretas y, a veces, impertinentes redes sociales.
En este nuevo entorno operativo, los drones se han convertido en ubicua, furtiva y categórica amenaza provocando en los combatientes un desmedido estrés. En muy poco tiempo la presencia de drones – real, sospechada o imaginada – acabó generando la que dio en llamarse dron-fobia: «trastorno psicológico de carácter obsesivo compulsivo producido por un terror irracional a los drones» . La situación ha llegado a tal extremo que, cuando los vehículos son acosados o impactados por un dron (incluso aunque no haya incendios y los daños no sean neutralizantes) las tripulaciones, ante la posible llegada de nuevas amenazas volantes, optan por abandonar el vehículo.
Lo cierto es que desde el inicio de la guerra, la importancia de los drones no ha dejado de crecer y ambos bandos – rusos y ucranianos – compiten en el desarrollo y producción de estos insidiosos y destructivos ingenios. En un reciente artículo titulado “Los drones en Ucrania, cuatro lecciones aprendidas para Occidente” , Ulrike Franke, (analista del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores) afirmaba que estos sistemas «se han convertido en un arma fundamental de la guerra ruso-ucraniana», aseveración que apoyaba con algunos significativos datos: a finales de 2024, según declaraciones del presidente Zelenski, Ucrania estaba en condiciones de fabricar unos cuatro millones de drones al año; las estimaciones sobre las capacidades de Rusia son muy similares (incluso hay analistas que afirman que los rusos ya podrían ir por delante). El número de modelos – de todo tipo y factura – que surcan los cielos ucranianos es superior al centenar.
Q-SLAM-40: DESARROLLO Y CONCEPTO
El desarrollo de este sistema comenzó allá por el año 2017 a partir de un modelo de UAV de vigilancia y observación denominado Shepherd [pastor] (también producido por Arquimea Aeroespacial & Defensa). El primer prototipo funcional – con la denominación inicial de Q-LM-40 – fue presentado en FEINDEF 2021 (Feria Internacional de Defensa y Seguridad que se celebra en España con carácter bienal). Dos años después, la actual versión – ya como Q-SLAM-40 – fue objeto de una doble presentación, primero (20-24 de febrero) en IDEX 2023 (Emiratos Árabes) y unos meses después (17-19 de mayo) en FEINDEF 2023 (España).
Q-SLAM-40 es el nombre comercial que, en forma de singular acrónimo (ArQuimea – Surgical Loitering Aerial Munition), nos anticipa los fundamentos conceptuales de este sistema de armas:
Q de Arquimea. “Q” es la letra que Arquimea Group ha elegido como distintivo de marca para identificar sus productos. Fundado en 2005, se trata de un grupo empresarial cien por cien español; con eminente vocación tecnológica, en su estructura encontramos la división “Arquimea Aerospacial & Defensa” que es precisamente la que gestiona el diseño y producción de drones.
S de Surgical [quirúrgico]. Quirúrgico es un término que, en sentido metafórico, se emplea para hacer referencia a acciones que se realizan con gran precisión. La precisión es – permítasenos la redundancia – precisamente una características más importantes de las municiones merodeadoras. Precisión que ha de valorarse desde una doble perspectiva: por una parte para alcanzar los objetivos en sus puntos más vulnerables y en segundo lugar para evitar daños colaterales.
L de Loitering [merodeador]. La Real Academia Española define merodear (primera acepción) en los siguientes términos: «Vagar por las inmediaciones de algún lugar, en general con malos fines». La munición merodeadora ha sido concebida para “vagar” por el campo de batalla con el objeto de localizar determinados objetivos y destruirlos. Los sistemas merodeadores se inspiran en las técnicas de caza al acecho que emplean algunas especies animales. El merodeador recorre un territorio en busca de piezas que le puedan servir de alimento, una vez localizado un objetivo el depredador se aproxima con sigilo para finalmente abalanzarse sobre su presa. Las municiones merodeadoras permiten la vigilancia desde el aire de amplias zonas, las imágenes en tiempo real permiten la localización e identificación de objetivos y el control remoto su seguimiento y destrucción.
A de Aerial [aéreo]. Característica propia y fundamental de cualquier UAV y, como ya apuntamos, la munición merodeadora no es sino un vehículo aéreo no tripulado con una carga explosiva a bordo. El aparato se pilota por control remoto desde una estación terrestre, tanto en la modalidad manual (un operador a los mandos) como en pilotaje automático (en función de algoritmos y parámetros previamente introducidos).
M de Munition [munición]. Estos sistemas, a pesar de su complejidad técnica y sus posibilidades de empleo, son catalogados como simple munición. Aunque en principio pudiera parecer que la calificación no hace honor a un producto con todas las características de un sofisticado UAV, existen razones de cierto peso para mantener esta denominación. Los UAV tienen la consideración de aeronaves lo que deriva en importantes implicaciones legales: certificaciones de aeronavegabilidad y acreditación de pilotos. Sin embargo, la munición merodeadora – al no ser considerada una aeronave stricto sensu – está sometida a menos restricciones normativas lo que permite que cualquier combatiente debidamente formado pueda manejar estos artefactos sin necesidad de obtener una licencia como piloto de drones.
40. “40” es el número que hacía referencia a la carga de los primeros prototipos: una granada pre-fragmentada de 40 mm (modelo 40L70). Esta reducida cantidad de explosivo solo se empleó en fase experimental, en la versión final la carga es mucho mayor, 1,2 kilogramos; sin embargo, el nombre comercial ha mantenido el original “40”.
Q-SLAM-40: DESCRIPCIÓN Y EMPLEO
El sistema se compone de tres subsistemas: (1) plataforma aérea, (2) estación de control y (3) lanzador. A continuación, efectuaremos una breve descripción de los mencionados subsistemas para seguidamente efectuar algunas consideraciones sobre las posibilidades de empleo del Q-SLAM-40.
Plataforma aérea. El diseño de este subsistema se ajusta a los parámetros de un UAV clásico. Se trata de una aeronave de ala fija con los correspondientes sistemas de propulsión, sustentación y navegación. La propulsión es generada por un pequeño motor eléctrico situado a popa; la sustentación la proporcionan dos alas de igual tamaño situadas en la parte superior delantera e inferior trasera del fuselaje; el sistema de navegación es de tipo inercial y además dispone un de un sistema de video HD que transmite imágenes en tiempo real permitiendo el pilotaje en modo FPV.
Estación de control. Este subsistema dispone de diversos elementos y aplicaciones (hardware y software) que permiten operar el sistema en su conjunto. Se pueden identificar dos componentes: una terminal tipo “Tablet” (pantalla para recibir imágenes y comandos de control para pilotaje) y una antena de comunicaciones (diseñada para garantizar, dentro de su alcance eficaz, el intercambio de datos en dúplex).
Lanzador. Este dispositivo, de fácil transporte (reducido peso) y rápido asentamiento (patas retractiles), proporciona la impulsión necesaria para que la plataforma aérea inicie el vuelo.
Imagen 01. Q-SLAM-40: plataforma aérea, lanzador y estación de control
Fuente: Arquimea Aerospace & Defence
EL Q-SLAM-40 es un sistema de armas de empleo táctico con una autonomía de vuelo de unos veinte minutos que – dependiendo de la orografía y condiciones climatológicas – le proporciona un alcance de entre diez y veinte kilómetros (estos parámetros condicionan su capacidad de merodeo y por extensión los límites de su “territorio de caza”). Se trata de un sistema relativamente ligero que se maneja con un equipo de dos operadores: piloto y cargador. Con un peso total de 28 kg, se transporta en dos mochilas especiales; una para la estación de control y el lanzador, y otra para la munición (tres “disparos”). Una vez asentado el lanzador la munición merodeadora se introduce en el mismo con las alas plegadas; la activación de un sistema neumático (émbolo y válvulas electrónicas) proporciona la energía necesaria para proyectar el aparato e iniciar el vuelo.
Imagen 02. Q-SLAM-40: secuencia de lanzamiento
Fuente: Arquimea Aerospace & Defence
El Q-SLAM-40 ha sido desarrollado bajo la premisa de que el control siempre ha de quedar en manos de un operador quien, en todo caso, será responsable de la ejecución de las distintas misiones. No obstante, en la primera fase de vuelo, puede activarse el piloto automático de tal forma que la aproximación hacia la zona de objetivos se realiza sin intervención del operador (éste simplemente monitoriza la ruta con la posibilidad de pasar a control manual si desea ajustar la trayectoria). Cuando el dron sobrevuela la zona de objetivos, el video envía a la estación de control una panorámica del campo de batalla en tiempo real. El operador, gracias a estas imágenes, puede localizar objetivos y, en caso de identificación positiva, iniciar la maniobra kamikaze. En este punto conviene insistir en un aspecto muy importante, el operador siempre mantiene el control y, si no está totalmente seguro sobre el objetivo o aprecia riesgo de causar daños colaterales, puede abortar la misión en el ultimísimo instante.
Imagen 03. Q-SLAM-40: posibilidades de empleo táctico
Fuente: Arquimea Aerospace & Defence
Finalizamos con un par de consideraciones sobre el posible futuro de este desarrollo. En los últimos tiempos se ha especulado con la posibilidad de que Ucrania recibiese drones del modelo que nos ocupa; sirva de ejemplo la noticia publicada el dieciocho de mayo del 2023 en el diario La Razon: “La empresa española Arquimea ofrece a Ucrania drones kamikaze Q-SLAM-40. Según informa un portal militar ucraniano, la compañía ofrecería su sistema merodeador a Kyiv para hacer frente a la invasión rusa” . Aunque no tenemos noticia de que el envío se haya producido, sí que nos consta que el sistema ha generado un notable interés a nivel internacional y son varios los países que se han interesado en su adquisición. Además la propia empresa, Arquimea Group, viene confirmando que el Q-SLAM-40 (cuya capacidad de producción anual se ha establecido en 6000 unidades) debe ser el punto de partida e inspiración para nuevos proyectos. En lo que se refiere al propio Q-SLAM-40, está prevista la introducción de mejoras (inteligencia artificial, protección electrónica, enlaces satelitales…) y la producción de versiones más pesadas y con mayor alcance. En lo que concierne a nuevos productos también hay algunas ideas que podrían acabar dando frutos, entre otras la desarrollo de drones embarcados en otras plataformas (terrestres, marinas y aéreas), el diseño de UAV,s nodriza (drones porta-drones), UAV,s interceptores (drones caza-drones) o drones filodirigidos (inmunes a la guerra electrónica).
CONCLUSIONES
Al objeto de no extendernos en demasía, acabamos el documento con nomás un par de breves conclusiones:
• En relación con estos sistemas de armas (llámense UAV, RPAS o drones) está claro que han alcanzado un papel preponderante y determinante en el campo de batalla. A nivel táctico, los drones (llámense kamikazes, suicidas o merodeadores) resultan determinantes en el desarrollo y resultado de la mayoría de las acciones de combate.
• En relación con el Q-SLAM-40, debemos poner en valor el hecho de que este producto marca España sea el único desarrollo con diseño y producción propia dentro de la Unión Europea. Así mismo esperamos que esta primera experiencia de paso al desarrollo de productos genuinos e innovadores.
Antonio Esteban López General de División del ET, r
De la Asociacion Española de Militares Escitores