Un día con los operadores de drones de la UME: éstas son sus capacidades y necesidades tecnológicas

 

Mayor autonomía, mayor resistencia al calor y al viento, mayor alcance y mayor estanqueidad. Ésas son las necesidades tecnológicas que mejorarían las capacidades de los UAV que actualmente tiene en dotación la UME. Nos lo han contado los propios operadores de drones del BTUME, con los que El Radar ha pasado un día en la localidad madrileña de Villalbilla.

 

La Unidad Militar de Emergencias (UME) tiene en el horizonte la constitución de su nueva Unidad de Drones (la UDRUME). De hecho, ya se ha publicado la primera gran licitación para la nueva UDRUME.

Pero, en la actualidad, estos sistemas (en concreto los UAV), que comenzaron a llegar en 2014, ya están aportando capacidades en las intervenciones en emergencias que lleva a cabo la UME.

El Radar ha estado con los operadores de los UAV en la localidad madrileña de Villalbilla, próxima a Alcalá de Henares, donde los componentes del Batallón de Transmisiones de la UME (el BTUME) se instruyen y ponen a prueba los drones que posteriormente emplean en las diferentes misiones para las que son requeridos.

El incendio del edificio de Campanar (Valencia), la erupción del volcán de La Palma, la crecida del río Ebro, incendios forestales… son sólo algunos de los ejemplos de actuaciones de la UME en las que ha sido necesario desplegar los drones que actualmente tiene en dotación el BTUME.

Así trabaja la Sección de Aeronáutica del BTUME

El cabo 1º Fernando Tirado, las cabos Yoana Gaitán y Miriam García Palmeiro, el cabo Juan Antonio de la Rosa y el soldado Israel Ramos forman parte de la Sección de Aeronáutica Desplegable del BTUME.

Los efectivos de la Sección de Aeronáutica Desplegable se constituyen como un equipo multirol compuesto por 5 personas: un jefe, dos operadores de drones y dos especialistas en telecomunicaciones. (Fotos: El Radar).

En ella están integrados los sistemas aéreos no tripulados (UAV) de mayor capacidad que tiene actualmente en dotación la Unidad Militar de Emergencias. Y con ellos se interviene en apoyo de los Batallones de Intervención en Emergencias (los BIEM) cuando son requeridos.

En esos casos, los efectivos de la Sección de Aeronáutica Desplegable se constituyen como un equipo multirol compuesto por 5 personas: un jefe, dos operadores de drones y dos especialistas en telecomunicaciones.

«Llevamos siempre personal de telecomunicaciones -explica el cabo 1º Tirado- para asegurar que la información que obtenemos de los drones llegue a donde tiene que llegar en tiempo y forma».

Una vez desplegados en el lugar donde tienen que intervenir, «ofrecemos el catálogo de capacidades de los drones que tenemos al jefe del BIEM, que es quien determina el tipo de UAV que quiere que utilicemos en función de las necesidades operativas», añade.

Imágenes en tiempo real visualizadas desde dispositivos móviles

A partir de ahí, los drones se ‘conectan’ a la red de comunicaciones de la emergencia en la que se está actuando para poder transmitir información (datos y/o imágenes) en tiempo real.

Sus intervenciones con drones tienen dos finalidades: facilitar el Mando y Control de la situación de emergencia y proporcionar seguridad al personal que están interviniendo directamente en la emergencia.

Lo pueden hacer a través de diferentes canales, incluidos los programas de software abiertos de videochat tipo Zoom, puesto que lo que transmiten desde los drones no es confidencial. De esa manera, los responsables de gestionar la emergencia pueden ver las imágenes en tiempo real desde sus propios dispositivos móviles.

Y, dependiendo del tipo de emergencia, actúan por el día o por la noche. «En incendios forestales -pone, a modo de ejemplo, el cabo 1º Tirado- operamos con los drones en arco nocturno, es decir, cuando se retiran los medios aéreos».

«No hay un dron que cubra todas las necesidades»

Sus intervenciones con drones tienen dos finalidades: facilitar el Mando y Control de la situación de emergencia y proporcionar seguridad al personal que está interviniendo directamente en ella.

«Nosotros controlamos (monitorizamos) con los drones a la sección que está interviniendo directamente en la lucha contra el fuego -explica Tirado-, para que las llamas no les sorprendan«.

La cabo García Palmeiro comenta que, durante su intervención en el incendio del edificio del barrio valenciano de Campanar, los bomberos les solicitaron «una revisión de las estructuras del edificio antes de que ellos entrasen». «Nosotros trabajamos a demanda», precisa.

Al preguntarles bajo qué circunstancias nunca puede volar un UAV, contestan inmediatamente: «Cuando hay viento; eso es lo que más penaliza a un dron».

«Por eso tenemos una variedad de drones que no tienen los BIEM», añade Fernando Tirado. «Porque no hay un dron -continúa- que cubra todas las necesidades o todos los escenarios».

Mayor autonomía, y mayor resistencia al calor y al viento, claves para mejorar las capacidades de los UAV

Incluso, aunque tienen una amplia variedad de UAV, en ocasiones no han podido utilizar algunos de ellos por falta de autonomía o de resistencia al calor (como ocurrió en el edificio de Campanar).

Y al preguntarles bajo qué circunstancias nunca puede volar un dron, contestan inmediatamente: «Cuando hay viento; eso es lo que más penaliza a un dron». No obstante, tienen drones con diferentes capacidades, que aguantan entre 35 y 55 kilómetros por hora.

El calor, y dependiendo de si se trata de un incendio forestal o en casco urbano, «no es un hándicap para el dron», explica Tirado. «Aunque sí puede afectar a las cámaras térmicas», añade.

«Las baterías todavía no duran lo que sería deseable y el alcance es mejorable»

En resumen, todos coinciden en que sus necesidades tecnológicas pasarían por «conseguir llegar más lejos» con los drones, que tuvieran «mayor autonomía»… y también «mayor estanqueidad» (es decir, contar con un certificado IP superior).

En la actualidad, el BTUME cuenta con diferentes tipos de UAV, que emplean en función de los requerimientos operativos.

El cabo 1º Tirado, que lleva operando con los UAV desde que comenzaron a llegar a la UME, explica que «los drones eléctricos tienen un talón de Aquiles, que es precisamente la autonomía, porque las baterías todavía no duran lo que sería deseable». Aún así, cuentan con un dron «puramente de combustión, lo que incrementa la autonomía», añade.

En la actualidad, el BTUME cuenta con diferentes tipos de UAV, que emplean en función de los requerimientos operativos. El de mayor autonomía, que es precisamente el de combustión, les permite dos horas de ‘tranquilidad’ sin tener que recargarlo. El que menos, 8 minutos, que, «aunque da juego para hacer reconocimientos rápidos -precisa Tirado-, le penaliza mucho el poco tiempo que tiene de autonomía».

En cuanto a la distancia, «si en vez de frecuencia de radioenlace (entre la estación de control y el dron) de 2,4 tuviesen enlace satelital tendríamos un alcance mayor».

Drones actuales del BTUME y capacidades que aportan en las intervenciones en emergencias

Los UAV en dotación del BTUME son el Mavic 2 Enterprise Advanced del fabricante chino DJI y el Elios 2, de la compañía suiza Flyability, que se vuelan con un solo operador; y otros más complejos que necesitan dos operadores, uno que se encarga del gobierno de la aeronave y otro, de la explotación de las cargas de pago (o carga útil) que llevan embarcadas.

Estos UAV son el Matrice 300, también de DJI; el Condor, del fabricante español Dronetools; y otro modelo español, el Alpha 800 de Alpha Unmanned Systems.

El Mavic 2 Enterprise Advanced de DJI intervino en la erupción del volcán de la isla de La Palma.

El Mavic 2 Enterprise Advanced de DJI, según explica el cabo 1º Fernando Tirado, «es el modelo básico, el que llevan los intervinientes en la mochila». Es un dron plegable que les permite un rápido despliegue en caso de necesidad. Tiene una autonomía de 25 minutos. Cuenta además con una serie de accesorios (foco, megáfono, cámara térmica y electroóptica con zoom) que le proporcionan «una gran versatilidad para el tamaño que tiene». Con este UAV se intervino durante la erupción del volcán de la isla de La Palma «con muy buenos resultados», asegura.

El Elios 2 de Flyability está concebido para su empleo en interiores.

El Elios 2 de Flyability está concebido para su empleo en interiores. «Lleva una serie de luces que están dispuestas en unos ángulos determinados -comenta Tirado- para permitirle ver en condiciones de poca visibilidad, con cámara térmica y electroóptica».

Su talón de Aquiles, que sólo tiene una autonomía de 8 minutos; lo bueno, la relación peso-potencia. Éste dron se llevó al incendio de Campanar, en Valencia, pero no se pudo utilizar finalmente por la alta temperatura que había en el interior del edificio.

El Matrice 300 de DJI «es el más polivalente», aseguran los operadores de drones de la UME.

El Matrice 300 de DJI «es muy versátil que aguanta condiciones extremas de viento y agua, y tiene cargas útiles intercambiables», indica el cabo 1º. Por ejemplo, cámara electroóptica con zoom, cámara térmica y un telémetro láser «que te proporciona unas coordenadas y distancia de lo que están viendo», foco de alta luminosidad y dispositivo de suelta.

Este dron es el que mayor autonomía tiene (40 minutos) dentro del campo de los drones eléctricos. «Es el UAV más polivalente y lo empleamos mucho en incendios forestales -nos cuentan los propios operadores- porque aguanta mucho viento; es un dron muy potente». De hecho, afirman que es su «buque insignia».

El UAV Condor de Dronetools se emplea sobre todo en incendios forestales.

Al Condor de Dronetools, uno de los drones más veteranos de la UME, se le han actualización recientemente sus cargas útiles, de tal forma que ahora incorpora una cámara «que nos permite -prosigue Tirado- visualizar el perímetro del incendio». Es un hexacóptero, por lo que tiene mucha estabilidad, y aguanta hasta 5 kg. de carga útil. Su autonomía es de 35-40 minutos. Se emplea sobre todo en incendios forestales por las características, precisamente, de su carga útil.

El Alpha 800 de Alpha Unmanned Systems se utiliza en grandes superficies, por ejemplo en inundaciones.

Finalmente nos encontramos con el Alpha 800 de Alpha Unmanned Systems, que tiene un «diseño rompedor». Así lo califican los operadores de la UME. De él destacan que, «frente a los multirrotores, es como un helicóptero, con las mismas superficies de mando que un helicóptero tripulado, y que lleva un motor de dos tiempos, y proporciona hasta dos horas de autonomía».

Este UAV se emplea en largas distancias, en áreas grandes, por ejemplo en inundaciones o búsqueda de personas desaparecidas.

El mejor y el peor momento en sus intervenciones

Como colofón a la jornada compartida en Villalbilla con este equipo de operadores de drones de la Unidad Militar de Emergencias, cada uno (cada una) nos cuenta el mejor y el peor momento que han vivido en sus diferentes intervenciones con los drones que operan.

Prácticamente todos coinciden en que los momentos de mayor satisfacción los vivieron durante la erupción del volcán de La Palma, por la utilidad que proporcionaron los UAV que ellos gobernaron/operaron.

Lo peor, los incendios forestales, «por ver el campo quemarse», y, sin duda alguna, la intervención en el incendio del edificio de Campanar en Valencia. De ello, de lo que vieron a través de las cámaras de sus drones… prefieren no hablar.

Intervención de la UME en el incendio del edificio de Campanar, en Valencia. (Foto: UME).

Fuente:
https://www.elradar.es/operadores-drones-ume/