Desde la Rusia de los zares, pasando por la Unión Soviética, y llegando a la actual Rusia de Putin, algunos elementos han sido comunes en su desarrollo histórico. La brutalidad a la hora de ejercer el poder, apoyada fundamentalmente por un aparato represor muy complejo, la delación como fruto de esa situación de miedo permanente, incluso intrafamiliar, el asesinato como una forma más de hacer política, aceptado claramente en la Rusia actual, y la corrupción generalizada, han sido elementos que han acompañado el desarrollo histórico de Rusia.
Generar miedo para manipular a la población es algo que se remonta al principio de nuestros tiempos, una estrategia muy antigua y casi siempre se presenta del mismo modo, se acude a la presentación de una enorme amenaza que nos afectará a todos para después plantear un salvador en forma de persona, organización o Estado. Los rusos son especialistas en el manejo de la mentira de manera profesional, en la creación de realidades paralelas que asusten, confundan y dirijan la atención del ciudadano hacia donde ellos necesitan, generar una situación de «miedo», de ansiedad, para después plantearnos que ellos son la solución.
Un oficial de inteligencia ruso me contaba un día que dos oficiales de inteligencia, en la antigua RDA, uno occidental y uno soviético, charlaban amigablemente cuando el occidental le preguntó a su interlocutor por el número de miembros del KGB. La respuesta del oficial soviético fue que no tendría que preocuparse por el número de miembros del KGB porque ahí no estaba el poder de la organización, el poder residía en el número de colaboradores, consideraban que tenían uno en cada familia. Este era el sistema, el miedo insertado en la unidad familiar, la delación entre familiares, los beneficios a los delatores y en este sentido, en cualquier otro artículo, les contaré la historia de Pavlik Morozov, nombre y apellido que los lectores rusos identificarán perfectamente.
Putin, como es fácil comprender, es heredero de toda esta historia y, además, ex miembro del KGB y FSB, dónde aprendió a manejar estos asuntos de la mentira y el miedo de forma magistral. La política, y su puesto de presidente de la Federación de Rusia, le ha permitido pasar de obedecer órdenes a darlas, de ser una parte del engranaje a convertirse en el elemento más importante de la la maquinaria y poder así trasladar la estrategia del miedo como elemento primordial de su política exterior.
En el mes de octubre de 2022, unos meses después del inicio de la fracasada «Operación Militar Especial», algo con lo que eufemísticamente habían bautizado una operación militar que esperaban fuese realmente un «coser y cantar», declaraba «No necesitamos un ataque nuclear contra Ucrania y no tiene sentido político ni militar». Un mes después afirmó, en un intento de lanzar la pelota sobre el terreno de su adversario real, los Estados Unidos: «EE. UU agita este miedo para influir sobre sus aliados».
En diciembre de 2022, cuando las operaciones en el campo de batalla no iban todo lo bien que esperaban, declaró «La amenaza de una guerra nuclear está en aumento». A principios del año 2023, cuando las cuestiones en el campo de batalla se complicaron, declaró: «No se puede vencer a Rusia en el campo de batalla». Hasta aquí el uso del miedo a un ataque nuclear por parte de Rusia es de manual, con un planteamiento claro que se traduce en «si tratáis de vencernos en el campo de batalla convencional utilizaremos el armamento nuclear».
Las redes sociales se han convertido en una herramienta imprescindible para la desinformación, que permite una capacidad de influencia, velocidad y alcance nunca soñado para este tipo de operaciones
Estos pensamientos, estos eslóganes, fueron inmediatamente trasladados al otro campo de batalla, el de la guerra paralela, el de las campañas de propaganda y desinformación realizadas a través de las redes sociales y los medios de comunicación. Como ustedes podrán observar diariamente, cuentan con personajes que se prestan a repetir estos eslóganes y viralizarlos. Unos lo hacen por cuestiones ideológicas, otros lo hacen supongo que por una contraprestación; y otros, lamentablemente, son «inconscientes útiles», por no utilizar otra denominación para definirlos. En esta trama desinformativa o de operaciones de «medidas activas», pues así es como las denominaba la inteligencia soviética y ahora su heredera, la rusa, se utilizan todas las herramientas al alcance y disponen de la participación de los servicios de inteligencia y de otros organismos del Estado, aunque las redes sociales se han convertido para ellos en una herramienta imprescindible, que permite una capacidad de influencia, velocidad y alcance nunca soñado para este tipo de operaciones.
Destrucción Mutua Asegurada
Hasta este momento se referían a la utilización de las armas nucleares, sin más, sin especificar si estaban hablando de la destrucción total de su enemigo, de disparar primero para morir después, o de disparar primero para así garantizarse sobrevivir ellos solos. Todas mentiras sin fundamento, engaños, medias verdades, dirigidas a aquellos que no comprenden el efecto de la utilización de las armas nucleares, no en vano definidas como armas de destrucción masiva. John von Neumann formuló el concepto de Destrucción Mutua Asegurada (MAD en inglés) como aquella situación en la que la utilización de armas nucleares, contra un enemigo que dispone de la misma capacidad de respuesta, traería como resultado la desaparición de ambos. Esta teoría es conocida también por la doctrina cuyo resultado es que 1+1=0.
Pero, al principio de este artículo, afirmaba que los rusos son especialistas en desviar nuestra atención y eso es lo que están haciendo. La realidad es que, como ya hemos visto, el uso de las armas nucleares, independientemente de si disparas primero o no, llevaría aparejada la destrucción total de los dos países, algo que está garantizado por la diversificación de puntos de respuesta, haciendo especial hincapié en las unidades submarinas, dotadas con una cantidad considerable de misiles balísticos y ubicadas en paraderos desconocidos, lo que les permite una capacidad de respuesta a distancias «acortadas».
Tal y como afirmaba, todos sus discursos y eslóganes, repetidos millones de veces en las redes, en los canales prorrusos, por sus colaboradores de carne y hueso, con el «uniforme» de youtubers, influencers o tiktokers, llevan a una parte importante de la población a sentir miedo, algo razonable si tenemos en cuenta lo que nos jugamos, y mucho más razonable si hacemos uso de nuestra memoria y recordamos las únicas explosiones de bombas atómicas en Hiroshima, Nagasaki y su poder destructivo, nada parecido al de las armas nucleares actuales. Pero tenemos que considerar que nuestro miedo, nuestras dudas o nuestra ansiedad son precisamente sus objetivos.
El presidente Putin, este mes de marzo, ha vuelto a la carga afirmando: «vamos a cumplir los objetivos de Moscú en Ucrania y una mayor implicación de Occidente podría acarrear un conflicto nuclear mundial». En estas declaraciones, que forman parte de la «guerra dialéctica», se olvida, por supuesto, de la instalación de lanzaderas de misiles nucleares en territorio bielorruso.
Lo realmente interesante sería analizar por qué se producen estos discursos y en qué momentos. Si Rusia está en un proceso de victoria inminente, tal y como repiten diariamente los rusos y sus «putinejos», ¿para qué necesitaría utilizar armas nucleares?
Declaraciones apocalípticas
Estas declaraciones apocalípticas, son una forma de enviarnos un mensaje: «Si hacéis que Ucrania nos derrote en esta guerra os atacaré con armas nucleares y os destruiré, por lo que solamente tenéis una posibilidad y es no ayudar a Ucrania y dejarla caer». ¿Quién es el que tiene miedo? ¿Nos garantiza hacerle caso que no nos ataque después? El abusón del patio de colegio solamente se neutraliza haciéndole frente, si no lo haces lo único que retrasas es la fecha del próximo golpe. Esto ya ocurrió con Hitler, al que todos decidieron dejar un margen de maniobra, que parecía garantizar la no agresión por su parte, y después ocurrió lo que ocurrió.
Para Occidente es hora de dejarse de filosofar para pasar a la práctica, este es uno de los principales frentes abiertos por el bloque China, Rusia e Irán, con el objetivo de debilitarnos y llevar a cabo un cambio en el orden mundial, eso que ellos denominan multipolaridad pero que realmente sería instalar su sistema, su modo de entender la vida, el gobierno, un sistema no democrático, dictatorial, sin libertades, sin garantías de ningún tipo. Ese sistema ya lo tienen instalado en sus países y nuestra misión es preservar el nuestro y que ellos sigan disfrutando del suyo. No seamos víctimas del miedo como arma de guerra porque nos jugamos nuestro modelo de vida.
Fuente: