Es interesante cómo las experiencias vividas durante el servicio militar obligatorio, conocido comúnmente como “la mili”, pueden generar opiniones tan diversas en las personas. Para algunos, como en mi caso, esta etapa puede representar una oportunidad de aprendizaje invaluable sobre la naturaleza humana, enseñanzas que perduran a lo largo de la vida.

Durante el servicio militar, los individuos suelen enfrentarse a situaciones y retos que conllevan importantes lecciones sobre disciplina, trabajo en equipo, resiliencia y adaptabilidad, entre otros valores fundamentales. Además, el contacto con personas de diferentes trasfondos y realidades puede aportar una perspectiva más amplia del mundo y de uno mismo.

Es comprensible que, para muchos, la obligatoriedad y las condiciones en las que se lleva a cabo el servicio militar puedan generar descontento y la sensación de pérdida de tiempo. Sin embargo, es revelador observar cómo personas como yo encuentran en esta experiencia elementos enriquecedores que les permiten crecer y madurar a nivel personal.

En última instancia, cada individuo extrae sus propias lecciones de vida de las circunstancias que enfrenta, y mi perspectiva sobre “la mili” enfatiza la capacidad humana de encontrar valor y aprendizaje incluso en situaciones que podrían considerarse desafiantes o adversas.